martes, 2 de junio de 2020

Grado 9.1 Lectura crítica Guía 4 varios cuentos

I.E. INTEGRADO VILLA DEL PILAR

GUÍA   N 4

GRADO 9.1

Lectura crítica

 

Profesora: Martha Cecilia Veloza Castiblanco

 

Lea los siguientes textos y responda las preguntas. Para los que tengan la guía en físico favor responder respetando la numeración de las preguntas y estar pendientes a la fecha de entrega. Para los que desarrollan la guía por internet favor enviar las respuestas en mucho orden al correo castellanosuperior@gmail.com

 

DON SILVERIO Y SILVANA

 

 Samuel Aristizábal Botero

 

Antes de leer


1. Observa y describe la ilustración que aparece justo antes de comenzar el cuento.


2. ¿Cuál crees que podría ser la relación entre el título y la ilustración?

 

Mientras lees

 

3. ¿En qué vereda nació don Silverio?

 

4. ¿Qué problema notaron los padres del niño a pasar los años?

 

5. ¿Qué métodos utilizó don Silverio para tratar de comunicarse?

 

6. ¿A qué se refiere la palabra ‘primogénito’?

 

7. ¿Cómo era el hijo de don Silverio y su esposa?

 

8. ¿Qué significado posee la palabra resonante en el texto? ¿Por qué otra palabra la podrías reemplazar?

 

9. Redacta un final creativo en el que nunca ocurrió el accidente.



 

Cuenta la historia que en la vereda la Silvana nació un hermoso niño. A medida que pasaron los años, los padres de aquel comenzaron a notar que el pequeño no modulaba palabra, sin embargo, parecía entenderlo todo. Así fue como comenzó la historia de don Silverio.

Los años pasaron, ya no era un niño, se convirtió en un adulto. Entonces se vio obligado a encontrar métodos para comunicarse en su vida cotidiana. Intentó con varios sistemas, pero ninguno de ellos funcionaba totalmente. Empezó con gestos, lengua de señas, sonidos, pero ninguna llenaba sus expectativas por completo, ya que nadie le lograba entender. El día menos esperado llegó la noticia de la muerte de su padre. En el triste y doloroso entierro Silverio escuchó a un pájaro cantar de tristeza.

Como señal divina el canto del pájaro lo inspiró y le dio la idea de comunicarse silbando.

Un día, Silverio encontró una hermosa mujer con su mismo problema, entonces le enseñó a comunicarse silbando. A los pocos meses el amor floreció y contrajeron matrimonio. Desde ese día buscaron la llegada de un primogénito. La noticia del embarazo no se hizo esperar.

En abril llego la anhelada pero lamentable noticia. De la pareja de silbadores había nacido un hermoso canario. Con el tiempo se acostumbraron a tener como hijo a una linda ave de plumas coloridas. Las conversaciones de la familia eran las más sonoras que se hubieran escuchado en la tierra. Pero la desgracia pronto tocó a la puerta de la resonante familia. La pareja de silbadores murió en un accidente. Desde aquel día, el trinar de un triste pájaro se escucha en el cementerio central, esperando un silbido que lo pueda consolar.


Después de leer

 

10. Piensa en alguna persona que tenga dificultades para comunicarse, no necesariamente un sordomudo. ¿Cómo has tratado de ayudarlo/a a comunicarse?


 LA MULTIPLICACIÓN

 

Samuel Aristizábal Botero

 

 

Antes de leer

 

1. Haz un cuadro comparativo entre las características generales de la personalidad de un hombre y de una mujer

 

Mientras lees

 

3. ¿Qué hubieras hecho si estuvieras en la misma situación que el protagonista?

 

4. ¿Quiénes son los personajes de la historia?

 

5. ¿Qué personajes existieron realmente?

 

6. Interpreta la frase, «entonces se dio cuenta de que ya no solo tenía cuerpo de una mujer, sino que también hablaba y pensaba como una» 

 


Después de una larga jornada de trabajo, el hombre abre la puerta, suelta su maletín en el primer lugar que encuentra, va a la cocina, abre la nevera, saca la jarra de jugo y se sirve un vaso. Arrastrado por el cansancio lentamente sube al segundo piso, parpadea pesadamente. Deja el vaso en la mesa de noche, se quita los zapatos, se cobija e inmediatamente cae en un sueño profundo y largo del que solo se despertará al otro día.

Se levanta un poco diferente, el pelo largo, los labios más rojos que de costumbre, caderas grandes, y siente un peso inusual colgando de su pecho. Sale corriendo hacia el baño y se toca todo el cuerpo. No se cree el cuento. ¡Es una mujer!

Asustado y sorprendido solo atina a pensar que siendo mujer va a poder comprender lo enigmáticas que estas son. Sus llantos repentinos, los rechazos incomprensibles, el mal humor inexplicable. ¿Sería posible entender una mujer siendo una o acoso ellas también son incomprensibles para ellas mismas? En medio de sus reflexiones sonó el celular. Era un mensaje de texto. “Princesa, te espero a medio día afuera de tu casa. Te invito a almorzar”

Asustado o asustada no sabía quién era el remitente. tampoco entendía por qué le decía princesa, y mucho menos, porque lo o la había invitado a salir. Presumió que era su novio. ¡Qué horror! No sabía qué hacer, ni cómo reaccionar, pero sobre todo no sabía que ropa ponerse. Entonces se dio cuenta que ya no solo tenía el cuerpo de una mujer, sino que hablaba como mujer y pensaba como una, y también se dio cuenta de que ya eran las 10.00 de la mañana y que solo le quedaban dos horas para arreglarse.

Cuando estaba ya lista, tocaron a su puerta, bajó las escaleras y se percató de que sabía manejar a la perfección los tacones Stiletto de 12 centímetros que usaba. Al abrir la puerta se encontró al hombre más feo del mundo o, mejor dicho, al más feo que ella hubiera visto. Sintió tranquilidad de que no le gustara. El hombre se le acercó para darle un beso en la boca, sin embargo, lo evitó moviendo la cara. Se enfadó. Pero como toda pelea entre un hombre y una mujer, salió perdiendo el hombre. Así la mujer fuera nueva en el oficio de ser mujer.

Finalmente, se fueron a almorzar. Parecía que cada vez se habituaba más a su nuevo papel de mujer porque cuando escuchó que le querían regalar unos zapatos, la alegría le llegó inmediatamente. Como era natural, después de recorrer toda la ciudad compró los que había visto en el primer almacén.

Cuando regresaron a casa, el hombre osó besarla, y esta vez, no fue rechazado, la arrojó a la cama y la comenzó a amar, pero todo se vio interrumpido. El niño que había estado soñando toda la noche despertó sin recordar que había soñado que era un hombre que, a su vez, había soñado ser una mujer. Solo recordaba que tenía evaluación de matemáticas y que no sabía cómo multiplicar.


Después de leer

 

7. Aparte de que el niño tenía una evaluación, ¿qué relación guarda el título del relato con la historia? Argumenta.

 

8. ¿Qué te pareció el relato?

 

9. ¿Qué le cambiarías? Justifica tu respuesta

 

10. ¿Qué otro final le darías al texto?

 

11. Haz una narración del sueño más extraño que hayas tenido.

 

LAS GOTAS

 

Manuela Jaramillo Salazar

 

Antes de leer

 

1. ¿Te gustan los días lluviosos? ¿Por qué?

 

2. ¿Qué actividades hacen las personas mientras llueve?

 

Mientras lees

 

3. ¿En dónde se desarrolla la historia?

 

4. Interpreta la frase «un húmedo trabajo de equipo»

 

5. ¿Cuál era el pasatiempo de la protagonista?

 

6. ¿Qué era ese algo efímero y trasparente que unía a los personajes?

 

7. ¿Qué significado tiene en el texto la frase, «la lluvia solo te empapa una vez, aunque venga otras tormentas»?




Y sí, ahí estaba, en su cuarto, en su ventana…. Estaba mirando como bajaban las gotas prestas a ganar la carrera. Le encantaban los días lluviosos porque podía ir a su ventana y ver como las gotas competían entre sí.

Miraba las gotas con toda atención, haciéndole barra a la gota que al comenzar a descolgar el vidrio era la más delgada. Sabía que esa gota necesitaba de otras para poder ganar, porque en la carrera hay gotas que se unen a otras para avanzar y llegar victoriosas al final. Un húmedo trabajo de equipo. 

Un día que se disponía a contemplar una gran carrera, observó a través de una goterilla, que tomaba un descanso, pasar al que sería el amor de su vida. 

 Sus miradas atravesaron a un mismo tiempo la pequeña gota, y entonces, supieron que algo trasparente y efímero los unía. Sin hablar se dijeron mil cosas, pero la tormenta pronto terminó y él desapareció con ella. 

Una noche de lluvia se volvieron a ver. Ella sabía que tenían mucho en común, a los dos les gustaba ver llover y si la tormenta lo ameritaba, les gustaba sentir el agua de la lluvia recorrer sus cuerpos. Esta vez ella salió al pórtico, y, como si se conocieran de siempre, comenzaron a hablar. Se dijeron sus gustos, sus miedos, se dijeron las cosas que en verdad importan. Sin embargo, antes de que terminara de llover, él se fue sin decir a dónde iba o de dónde venía, ella tampoco se lo preguntó, ¿para qué saber esas cosas? La lluvia los unía y eso era lo que importaba. 

Pero el aciago destino tenía preparado un tiempo de sequía, que según el instituto meteorológico duraría al menos un mes. Una devastadora noticia.

Pero como en esta parte del mundo el servicio meteorológico rara vez acierta, una noche en la que ella dormía, sintió el golpe de la lluvia dar contra el techo y la ventana. Era la tormenta más espléndida que se hubiera registrado en la ciudad de los Milagros. Se incorporó y se asomó a la ventana. Miró la carrera frenética de un par de gotas que parecían quererlo dar todo en la carrera, pero una de ellas tomó intempestivamente el camino equivocado, mientras la otra le sacó ventaja para llegar al marco de la ventana y confundirse entre el agua que escurría. Como el primer día, apareció aquel joven de mirada sombría, con sus ropas oscuras y tez pálida. 

Ella salió. Se miraron, se abrazaron y sin decirse nada, estuvieron largo tiempo en un elocuente juego de sonrisas y miradas furtivas, mientras el agua les acariciaba la piel, las sonrisas y el alma. Caminaron juntos bajo el majestuoso vendaval tomados de la mano. La felicidad los inundaba.

Sin embargo, la palabra felicidad no está hecha para durar. Él soltó su mano, y caminó en dirección a un arroyo. Ninguno de los dos se dio cuenta que, en sus rostros, las lágrimas también jugaron a las carreras. Cuando llegó al arroyo se empezó a disolver. La chica observó cómo su amor se diluía y corría junto al agua lluvia de ese triste arroyo, sin terminar de mezclarse con él. Sabía que esa era una despedida. Por primera vez se iba en la parte más pomposa de la tormenta. Estaba acongojada de ver cómo se alejaba, pero a la vez se sentía emocionada de verlo competir libre y sagaz. Era la carrera más emocionante que hubiera visto.

Hoy, tanto tiempo después, sigue mirando llover en su ventana. Espera que una nube traiga a su amor a gotear. Pero es consiente que la lluvia solo te empapa una vez, aunque vengan otras tormentas.

Después de leer

 

8. Copia en tu cuaderno las palabras desconocidas y busca el significado de cada una.

 

9. ¿Cómo habrías reaccionado si hubieras sido tú él o la protagonista?

 

10. Realiza una ilustración al texto diferente a la que aparece en el cuento.


 UN AMOR DE OTRO MUNDO

 

Alejandra Granada Giraldo

 

Antes de leer

1. Escribe una mini historia de un párrafo a partir del título «Un amor de otro mundo»

 

Mientras lees

2. ¿Qué significa la palabra lánguida?


3. ¿Cuál fue la excusa que uso el narrador para entablar una conversación con la chica?


4. ¿Por qué crees que la chica estaba triste?


5. Interpreta la frase «no era uno de los mejores ambientes, pero algún día yo estaría allí y debería acostumbrarme».


6. Busca las palabras descocidas. 


Delante de mí estaba una chica alta y lánguida. Usaba un vestido color carmín que cautivaba mi mirada, un cabello largo y color castaño adornaban unas sonrosadas mejillas.

 Su rostro se veía triste, podía ver en su mirada cierto dolor, pero no un dolor de algo pasajero, sino de algo que la había atrapado mucho tiempo atrás. Yo podía notar que su presente no estaba bien; sin embargo, me preguntaba más acerca de su pasado y de la causa de su tristeza.

Dentro de mí estaba el ineludible e intenso deseo de hablarle, aunque su rostro se veía triste y apagado podía notarse que era una joven hermosa. Mientras la miraba pensaba en qué decirle, pero no se me ocurría nada, me sentía como un mampolón que no era capaz de hablarle a una chica.

En sus manos tenía un libro y vi allí la excusa perfecta para hablarle, no era una idea muy desatinada. Me senté a su lado, la miré, miré el libro y dije –el collar de monolítica, así se llamaba el libro. Ella me miró

– ¿De qué trata? – le pregunté. Ella tardó unos segundos en contestarme

– Trata de un robo, no es muy interesante, pero podría cautivar tu atención en ciertas partes –sonrió.

– ¿Lees mucho en tu tiempo libre? –Inquirí

Seguimos hablando por un largo rato. Era divertido hablar con ella, no era una conversación común ni mucho menos aburrida. Mencionamos demasiados temas, desde siderales y constelaciones hasta lo que podría lograrse con el pedernal. Le pregunté si podíamos vernos de nuevo. Ella quedó en silencio, tomó sus cosas, me miró y dijo:

–Gracias por hablar conmigo hoy –y se fue rápidamente. Me quedé pasmado por un momento, pero pude reaccionar lo suficientemente rápido para ir tras ella y detenerla.

–¿Qué sucede? –la tomé del brazo firmemente. Nos quedamos viéndonos fijamente a los ojos

–Sé que estás mal, que algo te sucede. Apartó la mirada y botó un corto sollozo. Me miró de nuevo.

–Solo olvídame

–¿Por qué?

En ese momento empezó a llover y corrimos a hacernos bajo un toldo.

No podía entenderlo, ¿por qué simplemente no podía aceptar estar conmigo otro día?

–Al menos dime tu nombre.

–Sara, Sara Restrepo –me dijo.

–¿Estás con alguien?

 –No, pero ya me debo ir.

Ya no iba a detenerla, no iba a intentar disuadirla. La vi alejarse entre la lluvia y solo estaba dentro de mí un gran interrogante. Se fue, sin mirar atrás, sin dudar, solo dejó vestigios en mi mente.

No volví a saber nada de ella. A veces iba a buscarla en el primer lugar donde la había visto, pero nunca volvió.

Yo iba los domingos al cementerio para visitar la tumba de mi abuelo, que había muerto cinco años atrás, un atroz cáncer se lo había llevado. Un domingo me quedé un poco más de lo acostumbrado con él. Finalmente, decidí dar un pequeño recorrido por el cementerio, no era uno de los mejores ambientes, pero algún día yo estaría allí y debería acostumbrarme. Mientras caminaba escuché un llanto, un llanto que estremeció todo dentro de mí, me acerqué lentamente al lugar de donde provenía y ahí estaba ella, la chica, la misma chica de aquel día con su vestido rojo.

Empecé a caminar hacia ella, estaba arrodillada delante de una tumba sin flores, una simple lápida seca. Estaba a unos cuantos pasos tras de ella, pero de repente se levantó y se fue corriendo, intenté alcanzarla, pero fue inútil.

Volví a esa tumba, a esa tumba sobre la que ella lloraba con gran dolor. Me acerqué, supuse que allí estaría su padre o un familiar muy cercano, y tal vez esa podría ser la explicación de la tristeza que la invadía.

Me paré frente a la lápida que decía: Sara Restrepo (1946-1965).


Después de leer

7. Realiza una descripción detallada de Sara Restrepo


8. ¿En qué escenarios se desarrolla el relato?


9. ¿Cuál fue tu reacción al leer el final del relato?


10. ¿Qué opinión tienes sobre este tipo de historias?


11. ¿Conoces una historia similar a esta? Relátala. 




 


No hay comentarios:

Publicar un comentario