I.E INTEGRADO VILLA DEL PILAR
GUÍA
DE LECTURA CRÍTICA
GRADO:
11
DOCENTE:
MARTHA CECILIA VELOZA CASTIBLANCO
Para
los que tengan la guía en físico favor responder respetando la numeración de
las preguntas y estar pendientes de la fecha de entrega en el colegio. Para los
que desarrollan la guía por internet favor enviar las respuestas en mucho orden
al correo castellanosuperior@gmail.com
Basados en la siguiente entrevista realizada a
Brigitte Baptista, directora del Instituto Humboldt. Escriba un ensayo acerca
de la temática aquí tratada, sus puntos de vista, apreciaciones, concepciones y
demás. El ensayo debe de ser mínimo hoja
y media tamaño carta. Tipo de letra
Arial 12.
“ROMPÍ EL MOLDE DE SER HOMBRE”: Brigitte Baptiste
Hace
53 años nació varón. Hace 18 decidió vestirse de mujer y dejar su
nombre de Luis Guillermo. Hace 19 vive con Adriana y tiene dos hijas. Hace
unos años es el director del Instituto Humboldt. Seis años después de cambiar
su cédula, sólo para poner su cara de Brigitte, es legalmente Mujer. Esta es su
historia.
¿Brigitte
o Luis Guillermo?
Mejor
Brigitte, es la más joven de los dos.
¿Pero
por qué Jorge, su conductor, todavía le dice doctor?
Él es de
una pieza y no da su brazo a torcer. Lo conozco hace 15 años, yo trabajo en el
Instituto Humboldt desde el 95 y mi transición fue en el 98. Él me conoció como
doctor y ya le cuesta decirme doctora.
¿Usted
rompió su molde de hombre?
Sí,
claro, y se rompió. El molde de Luis Guillermo no aguantó más porque como
hombre era un fracaso, no funcionaba bien. Yo no voy a decir que sanó, pero por
lo menos no se suicidó
¿Cómo
fue su metamorfosis?
Poniéndome
ropa de mujer que guardaba en mi armario desde hace mucho tiempo. Hace poco
estrené un vestido rojo que compré hace 20 años en el Centro Comercial Cosmos.
Corto, en licra, pegado claro, con un bordado en el busto muy bonito, ahora ya
lo puedo usar.
¿Usted
cree que literalmente salió del “clóset”?
Nunca lo pensé en esos términos pero
no me choca decirlo, saqué del “clóset” todo lo que tenía guardado. Todos los
vestidos de mujer que había comprado por años.
Cuando duerme ¿sueña como Luis
Guillermo o se ve en los sueños como Brigitte?
Siempre me sueño desnuda y volando
por encima del mar como una sirena.
¿Qué edad tiene?
50 y ya casi 51, en octubre.
¿Y cuándo apareció Brigitte?
Hace unos 16 años, ya con nombre.
¿Ella llegó de un momento a otro o
usted desde hace tiempo la vio venir?
Desde los 6 años, siempre me pensé en
femenino pero reprimí ese pensamiento por la época, los años 60, entonces no
hice ningún esfuerzo para darle vida, porque no lo vi viable, pero yo siempre
lo quise y lo sabía. Estaba ahí. Para mis papás nunca hubo ningún problema,
mejor dicho, nunca hubo ninguna sospecha de que su hijo, estudiante del Refous,
fuera Brigitte.
En ese momento ¿usted qué pensaba?
Que era una maldición. La única
referencia que tenía de los temas de transexualidad eran las fotos en El
Espacio y sólo con eso ya estaba condenada. Lo mío era a escondidas, todo el
colegio y la universidad, cuando podía me arreglaba, me maquillaba, me vestía
de niña en mi cuarto, pero siempre en privado.
¿Qué aprendió de su cautiverio?
Que es muy triste no poder existir,
casi que fui dejando de hacerlo porque era tremendamente frustrante, era como
decir mentiras, era como aceptar que uno no podía ser como quería ser, como
arreglarse para una fiesta sabiendo que no hay fiesta.
¿Cuándo decide dejar salir a
Brigitte?
A los 35 años.
¿Fue una decisión dura?
La decisión no es dura, lo duro es lo
que lo impulsa a tomarla, en que hay un momento en la vida en que uno dice: “Me
estoy diciendo muchas mentiras. Siento que me hace falta una parte
importantísima de mi vida con la que no he sido honesta”, entonces ese momento
es muy duro.
¿Hubo algún detonante?
Con la muerte de mi única hermana,
Carolina, y la separación de mi primera esposa, entro en una crisis muy brava.
Lo veía todo oscuro. ¿Yo quién soy? ¿Qué estoy haciendo en este mundo? ¿Solo
trabajo? ¿Solo estudio? ¿Y mi vida y mi cuerpo y mis cosas qué? Entonces decido
hacer público o comenzar a vivir lo que probablemente debí haber vivido a los 6
años.
¿A alguien le dolió o le afectó ese
cambio? Estoy pensando en sus papás.
Yo creo que les sorprendió un poco.
Lo vieron más con preocupación, en el sentido de que siempre los papás dicen:
“Uy, pasó algo que no fui capaz de darme cuenta”. Además, mi transición fue
lenta, yo fui cuidadosa, sobre todo con la gente que quiero y que me quiere.
Explíqueme su cambio cómo se lo
explicó a sus hijas, a Candelaria y a Juana Pasión.
No, nada, a mis hijas no les tuve que
explicar nada porque ellas ya nacieron cuando Brigitte existía plenamente.
Ellas toda la vida me han conocido así, ellas me tratan como un papá muy
distinto.
¿No cree que se las puso muy difícil
a sus hijas? Ellas dirán: “Mi papá es mi papá pero se viste distinto a los
demás papás, con falda y tacones, igual que mi mamá”.
Hay como el comentario de siempre:
“El papá de Candelaria y Juana es raro, es distinto”, pero finalmente estoy
presente en sus vidas, en las reuniones de colegio, en la cotidianidad. A veces
los niños me preguntan: “¿Tú por qué tienes aretes?”, hay otros que les
disgusta el pelo largo. Entonces se da uno cuenta de que los niños reflejan
mucho los prejuicios de sus papás o visiones particulares de su entorno.
¿Y cuándo conoce a Adriana Vásquez?
En ese proceso de decir yo voy a
vivir como quiero. Ya trabajaba aquí en el instituto y una amiga me la
presentó. Al mes ya estábamos saliendo y a los 3 meses ya estábamos pensando en
vivir juntos, y ya llevamos 16 años.
¿Ella lo conoció como Luis Guillermo
o como Brigitte?
Lo primero que le dije fue: “Mira, yo
soy una persona en transición, soy una persona que estoy sintiendo de esta
forma y soy Brigitte”, desde el principio. Y ella me dice: “Yo también en las
noches de luna llena me vuelvo budista”. No se lo tomó como en serio a fondo, y
como uno se enamora de una persona y se le olvida si es peluda, si es calva, si
es verde...
¿Su esposa Adriana se enamoró de Luis
Guillermo o de Brigitte?
Yo creo que de ambos, porque ambos
estaban presentes. Adriana es una mujer que está más allá del bien y del mal,
es tremendamente sensata.
¿Cuándo su esposa vio su cambio total
a Brigitte dijo algo, manifestó algo?
Al principio, digamos, teníamos como
un acuerdo de no ser demasiado visibles. La idea era cuidarnos porque ella me
decía: “La calle no es tan segura como tú crees”. Eso fue al principio pero eso
ya desapareció. Adriana y yo salimos a todas partes y hacemos lo que queremos
con mucha más frescura.
¿Por qué son las peleas de una esposa
con un esposo que también parece otra esposa?
Yo creo que las mismas de todas las
parejas: ¿Por qué no llamas cuando vas a llegar tarde? ¿Por qué hiciste algo
que no discutimos lo suficiente?
¿Qué le molesta a ella?
Detesta que yo use las uñas largas,
le parecen de quinta, pero en todas las personas, en la mamá de ella, en sus
amigas. Un tiempo le molestó salir a restaurantes porque todo el mundo estaba
pendiente y decía cosas.
Y su ropa, ¿a su esposa no le
molesta?
Ella aguanta mi mal gusto al vestir,
a veces cuando exagero me dice: “No puede salir así”.
¿Pero usted es kitsch a propósito?
Con el mundo sí. Yo creo que la
feminidad a fondo tiene que ver con algo de rebeldía y con algo de plantear una
estética distinta. Yo no tuve adolescencia femenina, y cuando cumplí mis 45
años celebré 3 veces mi fiesta de 15 años, entonces hice una fiesta
absolutamente kitsch.
¿Su rebeldía qué busca?
Que la gente libere su sexualidad de
una disciplina social tremendamente complicada de afrontar, entonces cuando uno
ya sobrepasa ese umbral, ya no importa. Si yo me pongo un tutú rosado y me
monto a Transmilenio no pasa nada, me muero de la risa y es un elemento
contestatario, es decir, el género no debería ser una cosa tan seria, sino una
cosa mucho más gozosa.
¿Qué es lo más difícil para usted
como hombre el ser mujer todos los días?
La gente todavía espera mucha
autoridad de mí, mucha reciedumbre, por ejemplo, yo tengo la voz que he tenido
siempre, ya no la cambié, ya no voy a hacer la terapia de feminización de voz.
¿Nunca pensó en cambiarse de sexo?
Si yo a los 15 años hubiese visto que
eso era una posibilidad a mi alcance, probablemente me hubiese operado y hoy
sería Brigitte y vendería medias en El Éxito o sería profesora en un colegio o
sería directora en el Instituto Humboldt, con mucha menos ambigüedad de lo que
hoy expreso. Pero eso ya no sucedió.
¿Usted tiene su definición de lo que
usted es?
Soy una persona que se puede
manifestar como hombre o como mujer.
¿Usted le gusta a su esposa como
hombre o como Brigitte?
Yo creo que como Brigitte, con pros y
contras.
Pero le tocó oficiar de macho
reproductor para sus dos hijas.
Claro, la función reproductiva
siempre la hemos pensado independiente. Si yo hubiera podido, obviamente que
hubiera escogido también gestar y dar a luz un bebé, esa es de las cosas que
lamento mucho no poder hacer.
¿Se niega a que lo estudien como
bicho raro?
No, no, porque yo soy bióloga y he
torturado muchos bichos, no hay ningún problema, siempre estoy dispuesta al
examen.
Una escena fuerte.
Para mí no, pero para mi familia sí,
es donde más se pone en evidencia. Evito las aglomeraciones de los centros
vacacionales, no por mí, pero sí por las niñas o Adriana, a ellas sí las
presionan mucho, se nota y es incómodo.
¿Sale a la calle vestido de mujer en
forma natural o como un actor cuando sale a escena?
Las primeras veces que salía
arreglada, pensando en un acto de reivindicación, era mucho más consciente,
como si fuera un performance. Pero ya es algo de mi vida diaria.
¿Su mayor logro en la vida?
Haber logrado aceptar quien soy.
¿Para qué cosas de la vida quisiera
seguir siendo hombre?
En los conflictos y situaciones de
tensión, en Colombia por lo menos, la voz autoritaria existe y es lamentable
que a veces tenga que acudir a ello. Si una mujer protesta, así proteste duro,
le hacen mucho menos caso que a un hombre. La masculinidad es un elemento
importante de protesta.
Para usted ¿qué es la felicidad?
Esa capacidad de pensarse cada día y
aceptarse como uno es.
¿Cómo logró llegar a ser director del
Instituto Humboldt?
Es difícil saber qué piensan las
personas que le ayudan a uno a construir su carrera. Mucho trabajo, hacer el
trabajo que toca hacer, el resto de cosas juegan a favor de unas personas y en
contra de otras.
¿Su puesto nunca ha estado en peligro
por su cambio de apariencia?
Yo creo que no, no lo he
experimentado ni he tenido noticias.
¿Qué cree que le hubiera pasado a
Brigitte si usted no hubiera sido un profesional exitoso?
Sería duro, porque lo que veo en
otras personas transgénero, que me escriben, es que no les dan trabajo, no los
dejan vestir como quieren, ni manifestar su feminidad o masculinidad. El
imperativo económico es fuerte. Yo siempre he dicho que mi posibilidad de ser
Brigitte lo asumí cuando ya tenía una posición ganada, cuando ya tenía una red
de personas que me apoyaban y mi transformación les pareció secundaria.
¿Usted es biólogo graduado de dónde?
De la Universidad Javeriana.
***
No hay tiempo que perder, por nuestra
entrevista va tarde a una reunión en Maloka. Ya en la calle, en una tarde gris,
nos despedimos y por primera vez le veo un rasgo muy femenino, su preocupación
por no mojarse el pelo, es evidente su molestia con una lluvia incipiente que
podría arruinarle la permanente.